El jamón ibérico: el placer más saludable

El jamón ibérico es una de las joyas de nuestra gastronomía por su sabor y por ser un alimento muy saludable. Aporta minerales esenciales como el hierro, vitaminas y otras sustancias muy beneficiosas para nuestro cuerpo. De hecho, cuida nuestra salud cardiovascular de la misma forma que lo hace el pescado azul, las nueces o el aceite de oliva. En la entrada de hoy vamos a hacer un breve repaso a sus propiedades y responderemos a algunas de las preguntas más habituales.

¿El jamón engorda?
Siempre que se coma con moderación, el jamón no engorda ni eleva los triglicéridos. Tampoco provoca el aumento de la tensión. De hecho, mejora la función del endotelio, un tejido que es esencial para la salud de las arterias y cuya inflamación está en la base de la mayor parte de los problemas relacionados con el corazón. Este tejido también es responsable de regular la presión sanguínea y la coagulación, actuando de manera directa frente a las agresiones de los patógenos.

El jamón y la memoria
Estudios recientes, como el llevado a cabo en el Ramón y Cajal, han comprobado que comer 50 gramos de jamón ibérico al día tiene consecuencias muy positivas en la memoria en un plazo de dos meses. Los beneficios se mantienen aunque se deje de consumir y tienen su origen en la liberación de óxido nítrico, un gas que actúa a modo de antioxidante y vasodilatador. Los participantes en la investigación no experimentaron problemas durante este tiempo, su peso se mantuvo igual y no incrementaron sus niveles de triglicéridos, algo que es frecuente cuando se consumen embutidos. Y pese al considerable aporte de sal del jamón, la tensión arterial descendió.

Mejor si es de bellota
Este estudio analizó las propiedades de jamones de distinta calidad, de cebo y de bellota. Ambos tipos tienen beneficios cardiovasculares, pero éste último mostró mejores resultados en el endotelio. Los animales criados de manera tradicional, al aire libre y alimentados con hierbas y bellotas tienen una mayor cantidad de polifenoles, una sustancia natural que es un poderoso antioxidante y que además previene inflamaciones y problemas circulatorios.

Una fuente de vitaminas y minerales
Las grasas del jamón ibérico son monoinsaturadas y contienen un 55% de ácido oleico. Esto es muy beneficioso para disminuir los niveles del llamado “colesterol malo” (LDL) en la sangre al mismo tiempo que aumenta la tasa de “colesterol bueno” (HDL). Solo el aceite de oliva virgen posee una mayor proporción de ácido oleico, una grasa que es incluso más saludable que algunas de origen vegetal.

El jamón ibérico es una fuente natural de proteínas, vitaminas del grupo B y E y ácido fólico, que además de ayudar al funcionamiento del sistema nervioso garantiza el correcto desempeño del cerebro. Y por si fuera poco, posee minerales como el cobre o el calcio que son determinantes para unos huesos en buen estado, así como hierro, zinc y selenio, este último esencial para retrasar los efectos del envejecimiento.

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